El caz, un sistema de drenaje de carreteras tomado de los antiguos molinos


Para posibilitar que las carreteras se mantengan en las mejores condiciones posibles de circulación en días de lluvia, durante su construcción se instalan los sistemas de drenaje pertinentes que permiten por un lado evitar que el agua acceda a la plataforma en grandes cantidades y por otro lado evacuar el agua que existe en la vía dirigiéndola hacia el exterior de la infraestructura.

Hoy queremos hacer referencia a un elemento fundamental en estos sistemas de drenaje que existen en nuestras carreteras y que se basa en las antiguas canalizaciones que servían para llevar el agua hasta los molinos donde se molía el grano. Nos referimos al Caz.

Caz se deriva de la palabra cauce y su función era canalizar el agua desde su origen, normalmente desde una toma de agua en un río, hasta las palas del molino que unidas mediante un eje a la piedra la hacía girar para moler el grano.

En las carreteras de hoy en día, el caz es una franja estrecha situada longitudinalmente en los bordes de la calzada cuyo cometido es recoger y conducir las aguas superficiales y de escorrentía hacia un elemento de desagüe donde pueda acumularse o expulsarse a otras fuentes hidráulicas, sin causar daños en los taludes sobre los que se asienta la vía. Es muy frecuente ver este tipo de pieza en las subidas o bajadas de puertos, así como en tramos de carreteras que se encuentren elevados sobre tierra. En ambos casos, se colocan unos bordillos para conducir el agua hasta unas aberturas, donde se recoge y se encauza a otros lugares donde no pueda provocar daños en las estructuras.

Existen varios tipos de caz según su forma y pueden ser conductos prefabricados, normalmente de hormigón.