¿Cómo implantar soluciones como cámaras de vídeo, sensores en las calzadas, y otras avanzadas herramientas de comunicación para el tráfico cuando las infraestructuras que tienes no están preparadas para ello?
Esto es un dolor de cabeza para los ingenieros civiles y planificadores que apuestan por conseguir una ciudad moderna y dinámica. Analizaremos a modo de ejemplo lo que pasó en Peoria, Arizona hace unos pocos años. Durante el boom económico, Peoria creció mucho y los sistemas para gestión del tráfico pronto quedaron obsoletos, incapaces de asumir las nuevas necesidades: aumentaron atascos, accidentes, inseguridad, contaminación, etc.
Para solucionar el problema, Siemens trabajó en la creación de un sistema híbrido de comunicaciones con una estructura de red de fibra óptica de alta velocidad. Había otro reto adicional y era que los sistemas debían soportar las condiciones extremas del desértico clima de Arizona. Peoria hoy disfruta de uno de los más avanzados sistemas de gestión del tráfico con conectividad entre todas las cámaras de la ciudad.
Menos costes, mayor control. Estos sistemas son relativamente caros de implantar pero una vez en funcionamiento el coste de mantenimiento es comparativamente reducido. Además anticipan problemas que pueden ser gestionados en la fase de previsión, antes de que se produzca la incidencia. La mejor solución es un mix de soluciones tecnológicas que operen con las señales existentes en las vías por un lado y avanzados sistemas inalámbricos como la solución WiMAX 4G con banda ancha.
Conectando el moderno hardware con las infraestructuras existentes, se consigue que el antiguo equipamiento de cobre pueda ser reemplazado por fibra óptica. Estas actualizaciones generan un aprovechamiento de las infraestructuras, y las convierten en punteras al utilizar novedosos sistemas tecnológicos. El futuro es la tecnología inalámbrica y la wifi segura, según palabras del director de producto de Siemens, Lee Lipes.
Este es el reto al que nos enfrentamos: implantar tecnologías avanzadas e inalámbricas en las carreteras de modo que permitan a las ciudades desarrollar y adaptar a sus vías ya existentes sistemas inteligentes de transporte eficientes tanto desde un punto de vista económico como tecnológico y de seguridad.