Transparencia y comunicación son dos de los términos que, por su falta durante los últimos años, más están exigiendo en la actualidad los ciudadanos a sus representantes públicos
Como no podía ser de otra forma, esta transparencia y comunicación también se está demandando a los responsables de gestionar las carreteras, ya que los usuarios de las mismas desean poder comprobar y conocer que los trabajos se efectúan de forma correcta, en los tiempos acordados, y siguiendo los mecanismos adecuados.
Las administraciones deben tomar nota, porque los usuarios deberían poder conocer la siguiente información de sus carreteras en cualquier momento:
- Siempre que hay una incidencia que afecta al tráfico de una vía, tener información sobre el tiempo estimado de solución (para poder planificar ellos también sus rutas), así como las acciones que se están realizando para subsanar la incidencia, y si se está actuando con la celeridad exigida.
- Tener información actualizada sobre el estado del pavimento en cualquier lugar, para garantizar que se han realizado las inspecciones necesarias, y que todo está en orden, o poder avisar de cualquier elemento en mal estado.
- Conocer, y poder garantizar que cualquier elemento de inventario de la carretera está en un correcto estado de conservación, visualizando quién ha dado el visto bueno a dicho estado, para poder corroborar estos datos en cualquier momento.
- Saber qué zonas de la carretera son más peligrosas, aquellas en las que ocurren más accidentes, y los tramos donde es necesario aumentar la precaución, en vista de los incidentes detectados.
Toda esta información, que debe ser gestionada por las empresas utilizando un Sistema Informático de Gestión y Explotación de Carreteras, ya existe, y sería positivo que pudiera ser consultada por los usuarios de las carreteras. Esto obligaría a las empresas a ser más responsables con los trabajos, y a garantizar que todo se realiza correctamente, y en los tiempos fijados, permitiendo que los usuarios pudieran conocer aquellas que hacen un trabajo óptimo.
Esta transparencia, que no afecta a los trabajos pero obliga a realizarlos correctamente, sin duda repercutiría positivamente en los usuarios de las carreteras, y proporcionaría un mejor servicio de conservación de las mismas.