Durante los últimos años cada vez es más frecuente escuchar noticias, o leer estadísticas, sobre los accidentes producidos por choques con animales en las carreteras. En los últimos ocho años se estima que la media de víctimas por este tipo de accidentes ha sido de 11 fallecidos, pero si nos fijamos en los números a nivel europeo esta cuestión es aún más alarmante: más de medio millón de colisiones al año y 300 víctimas mortales.
Afortunadamente, cada vez son más los métodos que existen para evitar estos accidentes, sobretodo en autovías y autopistas, donde un vallado deficiente puede provocar la intrusión de los animales en la calzada con el consiguiente riesgo. Hoy en día, el método más común que se utiliza en estas vías, consiste en colocar repelentes en aquellos lugares donde se pretende evitar que los animales crucen la calzada, guiándolos, mediante otros productos naturales que son atrayentes, hacia los pasos habilitados para que puedan cruzar las vías.
Pero de poco sirven los adelantos en la materia si el gestor de infraestructuras no sabe dónde están sus puntos conflictivos, o incluso, por qué esos puntos son conflictivos. Es en este punto donde un sistema de gestión que integre toda la información, como SmartRoads, es de gran ayuda.
De este modo, por ejemplo, en SmartRoads el gestor vial puede consultar dónde están los puntos de concentración de accidentes para estos animales, dato obtenido gracias a la Agenda de Vialidad. Una vez detectados estos puntos críticos, es necesario averiguar las posibles deficiencias a nivel estructural de ese punto de la vía, y ver cómo se puede solucionar el problema. Gracias a la integración total de la información que proporciona SmartRoads, el gestor puede en este caso analizar, utilizando el módulo de Inventario, los elementos viales que hay en ese punto, y comprobando su estado, para asegurarse de que no están en malas condiciones, el número de elementos, que quizá sea escaso, o su inexistencia.
Una vez analizada la situación, el gestor podrá determinar las medidas a tomar para evitar la situación, ya sea arreglando los elementos en malas condiciones mediante sus correspondientes tareas de rehabilitación u ordenando la instalación de nuevos elementos. Además, el gestor también podrá comprobar cuáles son los puntos más cercanos a los que, llegado el momento, puede redirigir el paso de animales, analizando por ejemplo los pasos subterráneos cercanos, de forma que se mantenga el equilibrio entre el entorno natural y la seguridad vial.
Al final, uniendo los avances en productos para el control de animales salvajes, junto con una gestión eficiente de la información vial básica que todo gestor tiene en su poder, se puede llegar de una manera rápida y económica a una solución que evite el problema, y que al final, haga disminuir el número de víctimas provocadas por este tipo de accidentes.
