Soluciones para mejorar los problemas de tráfico en el futuro


Una de las posibles ventajas de contar con vehículos autónomos en un futuro es la solución de los problemas de tráfico y congestión actuales, debido a que el movimiento de cada vehículo tendrá en cuenta la posición y destino de los otros con los que se pueda cruzar en su camino, ofreciendo rutas y velocidad óptima en cada momento para evitar los atascos.

Sin embargo, por desgracia, todavía falta mucho hasta que podamos ver este escenario como algo habitual en nuestras carreteras, así que hay que analizar de qué manera se puede realizar una mejor gestión del tráfico en los próximos años.

Todos los expertos coinciden que, en la actualidad, uno de los principales problemas que ocasiona un tráfico tan elevado es la sobreabundancia de vehículos en nuestras ciudades, que ocasionan inevitablemente cuellos de botella que son lo que habitualmente se conoce como atascos. Para evitar esta excesiva existencia de vehículos en las ciudades, se pueden plantear diferentes alternativas:

  • Potenciar un transporte verdaderamente multimodal, para lo cual es necesario habilitar carriles bici (independientes de los conductores), zonas de las vías con prioridad para autobuses o vehículos de emergencia, y mecanismos que limiten el acceso de los coches a zonas más céntricas o congestionadas de la ciudad, como impuestos por circulación en esas zonas (de los cuales ya hablamos hace unos días).
  • El uso de la tecnología debe permitir que los conductores estén más informados, pudiendo muy pronto visualizar toda la información de interés para su ruta (obras, atascos o estado del tráfico en tiempo real) tanto en su teléfono móvil como en la luna de su vehículo, de forma que conozca la mejor ruta a seguir en todo momento para llegar a su destino.
  • La proliferación de cámaras con visión artificial puede ayudar a controlar la congestión de tráfico en cada vía, pudiendo redirigir el tráfico de una forma más adecuada, informando (quizás de forma directa a los usuarios), sobre rutas alternativas a seguir, y de igual forma, pudiendo controlar que se respetan los semáforos, o sirviendo para notificar a las autoridades de tráfico en caso de que no sea así.

Aunque no hay fórmulas mágicas, sí que es posible tener un tráfico más fluido si se utilizan bien los medios tecnológicos – que ya tenemos – , si se realizan correctamente los trabajos de conservación de las carreteras – para asegurar que permitan la circulación en todo momento – y se garantiza que el firme de la vía también está en buen estado – que también se puede gestionar correctamente con sistemas tecnológicos – . En definitiva, la tecnología se puede convertir en el mejor aliado del gestor de la carretera para conseguir que los atascos de tráfico cada día se conviertan en algo menos frecuente.

(Este artículo pertenece a la serie Conociendo la opinión de los expertos del sector acerca de cómo será la gestión del tráfico, carreteras y movilidad dentro de 20 años, que toma como fuente de información un reportaje de la revista Traffic Technology Internacional)