Siempre que se conoce un dato actualizado de accidentes y muertes de tráfico, en especial cuando el dato es peor que el registrado en el mismo periodo del año anterior, surgen las voces críticas que demandan tomar medidas para reducir el dramático problema de las muertes en las carreteras.
Sin embargo, a la hora de tomar medidas que consigan reducir el problema, a pesar de la buena voluntad – al menos teórica – de todos los responsables, se hecha en falta contar con un planteamiento global que aborde y trate de forma integral un asunto tan complejo. Por este motivo, vamos a indicar una serie de actuaciones, medidas y pautas a tener en cuenta para realizar una gestión de la seguridad vial eficaz, aprovechando todos los medios tecnológicos que ya están, en la actualidad, al alcance de usuarios, empresas y administraciones.
- 1.- Todas las actuaciones que se realizan en las labores de conservación y explotación de las carreteras tienen el objetivo final de conseguir una circulación más fluida por las mismas, y evitar, o al menos reducir al máximo, los accidentes por las mismas. Por este motivo, el primer punto a exigir es que se realicen de forma correcta las actuaciones de conservación ordinaria (gestión de un inventariado en condiciones, con las inspecciones oportunas), conservación de firmes (garantizar el estado óptimo del firme), vialidad (acciones destinadas a garantizar que la vía está en todo momento en condiciones óptimas para el paso de vehículos) o específicas de seguridad vial (control de accidentes, zonas más peligrosas y otros aspectos).
- 2.- Es necesario registrar absolutamente toda la información relacionada con los trabajos y estado de la carretera en un sistema que permita su posterior consulta y análisis, de forma que el gestor de la vía pueda acceder a la información que requiere (gracias a que antes ha sido introducida en el sistema) en el momento que la necesita.
- 3.- La gestión eficaz de la seguridad vial debe ir mucho más allá de conocer el número de accidentes en cada uno de los tramos de la carretera, y determinar las zonas consideradas más problemáticas (los famosos puntos negros, o tramos de concentración de accidentes). En este punto, es imprescindible conocer:
- a) Accidentes ocurridos en cada zona de la carretera, con diferentes filtros que permitan obtener la información demandada.
- b) Incidentes ocurridos en cada zona de la carretera: Esta información, que en demasiadas ocasión se pasa por alto, es fundamental porque no todos los incidentes que ocurren acaban produciendo accidentes (sólo se registra como accidente cuando hay víctimas), y sin embargo, sí que muestran elementos problemáticos (que pueden estar relacionados con un mal estado de la carretera, con circunstancias externas como una presencia demasiado elevada de fauna, o con otros aspectos que se deben evaluar).
- 4.- El concepto de los Tramos de Concentración de Accidentes no debe ser un elemento estático que se conozca anualmente, sino que los responsables de gestionar las carreteras deben poder conocer en tiempo real el estado exacto de cada uno de sus tramos, y la probabilidad de que estos se acaben convirtiendo en tramos peligrosos, así como un baremo que ofrezca mucha más información que un simple sí (es un TCA) o no.
- 5.- Una vez que se conocen las zonas de la carretera donde mayor número de accidentes han ocurrido, es necesario tratar de determinar las causas que los han podido provocar. Aquí volvemos a la importancia de tener todos los datos registrados de cada una de las actividades realizadas en las carreteras, ya que, cuando hay un accidente en una zona, es imprescindible:
- a) Garantizar que el estado de todos los elementos (inventario) de la carretera en esa zona era óptimo, información que se puede obtener del módulo de conservación ordinaria.
- b) Comprobar que el firme cumplía todos los requisitos indicados en la normativa (en cuanto a valores de IRI, CRT, deflexiones, etcétera), información que se puede obtener del módulo de rehabilitación del firme.
- c) Asegurar que las posibles incidencias previamente notificadas en ese punto de la carretera habían sido resueltas en tiempo y forma, información que se puede obtener del módulo de vialidad.
- d) Estudiar toda la información del accidentes suministrada, y recogida en la ficha de accidentes, información que se puede obtener del módulo de vialidad.
- De esta forma, un sistema integrado ofrecería al gestor toda la información necesaria para analizar las posibles causas de un accidente al momento, y poder tomar las medidas necesarias para solucionar los posibles problemas detectados.
- 6.- Estudiar cómo utilizar el presupuesto anual destinado a la conservación de carreteras, para lo cual es imprescindible conocer:
- a) Tramos en los que han ocurrido más accidentes, así como aquellos con más incidencias: Está demostrado que lo más efectivo es utilizar los recursos económicos en estas zonas, para mejorar la seguridad vial. Un sistema web de carreteras idóneo permitiría conocer un coste económico aproximado a utilizar para garantizar que esas zonas cuenten con todos los elementos (inventariado o firmes) en estado óptimo, y subsanar posibles deficiencias.
- b) Análisis general y automatizado del coste de tener la carretera en un estado correcto, según los niveles de servicio planteados, y priorizando las medidas más importantes para conseguir el objetivo.
Junto con todas estas medidas, responsabilidad de los gestores de la carretera, no nos podemos olvidar de aquellas otras que también se deben tomar para concienciar a los conductores acerca de tener la prudencia necesaria en las vías (anuncios y formación), garantizar que estén en un estado adecuado (análisis y test con alcoholímetros), así como que circulen a la velocidad permitida (radares).
La seguridad vial es algo que nos concierne a todos, y por ese motivo todos debemos exigir no sólo que se destinen los recursos económicos adecuados sino, sobre todo, que se gestionen de forma eficaz dichos recursos. Medios tecnológicos, como podemos ver, hay de sobra para realizar un mejor trabajo.
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