La movilidad del futuro inspirada en cómo se desplazan los grupos numerosos de animales


Muchas especies animales se desplazan formando grandes grupos en los que, sin necesidad de una regulación externa, todos los movimientos están sincronizados y no se producen golpes entre los componentes. Pensemos por ejemplo en bandadas de pájaros, bancos de peces o enjambres de abejas. Inspirados en estos comportamientos, en Nissan están desarrollando un proyecto de investigación para poder incluir sistemas anticolisión en los vehículos del futuro.

Según el director del proyecto, Futami Toru, «el estudio del comportamiento de los animales que se mueven en grupos puede servir de gran ayuda para que los ingenieros entiendan cómo los vehículos pueden interactuar entre sí para lograr un entorno de conducción más seguro y más eficiente». Como parte del estudio han creado unos robots llamados EPORO (EPisode 0 Robot) que se comunican entre sí para controlar las posiciones de cada uno y así evitar colisiones entre ellos.

Se trata de seis unidades que utilizan una tecnología denominada Laser Range Finder (LRF) que se inspira en los ojos compuestos de algunos insectos como las abejas y que son capaces de abarcar un campo de visión de más de 300º. Estos robots son capaces de trasladarse conjuntamente de un lado a otro controlando la posición del resto de componentes del grupo mediante herramientas de comunicación, de manera semejante a como lo hacen los bancos de peces en el mar.

El sistema láser (LRF) detecta los obstáculos que se encuentran dentro de un radio de dos metros en un ángulo de 180º frente al robot. Una vez calculada la distancia al obstáculo (un objeto u otro robot) se envía inmediatamente una señal a un microprocesador que evalúa esta información y realiza los movimientos o cambios de posición para evitar una colisión.

Aplicada esta tecnología a los vehículos sin conductor del futuro serían capaces de comunicarse y controlar sus trayectorias de forma autónoma para evitar colisiones entre ellos. Hay que tener en cuenta que, en ese futuro ideal y con esta tecnología, no serían necesarias ni las señales de tráfico, ni los semáforos ni siquiera las líneas delimitadoras de carriles en la vía, pues los vehículos autónomos estarían dotados de la tecnología idónea para comunicarse y moverse sin peligro de colisión en carretera abierta o en intersecciones.