A pesar de que vemos cómo las diferentes iniciativas de coches autónomos van cumpliendo hitos, y aumentando su fiabilidad, parece obvio pensar que la transición a modelos de coche automatizados va a tener que ser progresiva, integrando inicialmente sistemas de ayuda inteligentes, para que cada vez el vehículo pueda formar parte más activa en la toma de decisiones.
En esta línea de servicio inteligente de ayuda al conductor, los ingenieros del prestigioso Instituto de Tecnología de Massachusets acaban de presentar su último desarrollo, que se trata de un copiloto automático que se activa únicamente en caso de detectar que se puede a producir un accidente.
El sistema está formado por una cámara y un telémetro láser que son capaces de identificar los peligros con los que puede toparse el vehículo. La inteligencia del sistema y los algoritmos utilizados permiten discernir entre lo son obstáculos que pueden poner en peligro la conducción (un tronco en mitad de la carretea, o un animal que se cruza) de lo que son elementos típicos de la vía (la propia carretera, otros vehículos, motocicletas, señales o vallas).
De esta manera identifica «zonas seguras» por las que puede circular el vehículo, en cuyo caso no actuaría, y detecta de forma anticipada cuándo el conductor se puede salir de estas «zonas de seguridad» (por ejemplo, por haberse quedado dormido), momento en el cual el sistema toma automáticamente el control corrigiendo la trazada y velocidad para evitar el accidente.
Según su creador, Sterling Anderson, la verdadera innovación es que permite al coche compartir el control con el conductor, algo así como si el sistema nos dijese: «si deseas conducir te dejo, sólo asegúrate de no golpear nada».
Estos sistemas semi-autónomos tienen la ventaja, con respecto a otros totalmente autónomos como el caso de Google Car, de que no precisan instalar tantos sensores, que resultan muy costosos y necesitan una gran capacidad de computación para circular por rutas seguras. Los sistemas semi-autónomos al ser más sencillos y económicos tienen mejor aplicación práctica.
En un paso más del proyecto, están investigando el uso de teléfonos móviles en el sistema para, aprovechando la tecnología que llevan integrada (cámara, acelerómetro y giroscopio) poder desarrollar una versión del sistema adaptada, que resulte mucho más económico a los usuarios.
Aunque el sistema se encuentra todavía en fase de pruebas, los más de 1200 experimentos ya realizados han aportado un feedback muy positivo sobre la utilidad que puede tener en un entorno real. A continuación mostramos un vídeo donde se puede ver en funcionamiento: