La guerra contra las cámaras de luz roja


A finales del mes pasado, después de una larga batalla que se remonta al mes de Noviembre, Houston apagó sus 70 cámaras de luz roja. Los residentes de la ciudad votaron en referéndum durante las elecciones, pero un juez federal consideró que la votación era ilegal y las cámaras se encendieron de nuevo, para volver a apagarse de nuevo este verano por orden del alcalde Annise Parker.

La situación que se vivió en Houston fue inaudica, pero no fue la única ciudad que mostró su rechazo a las cámaras de luz roja. A principios del verano, Los Angeles eliminó las cámaras de sus intersecciones, debido en gran parte al fracaso de la policía a la hora de cobrar las denuncias emitidas. En 2007, la Corte Suprema de Minesota dterminó que las cámaras de luz roja de Mineápolis habían violado el derecho de presunción de inocencia de un conductor. Muchos han sido los estados que han quitado este tipo de tecnología de la calle.

Los opositores de las cámaras de luz roja, como Gary Biller, de la Asociación Nacional de Motoristas, creen que la fiebre anti-cámaras llegará a otras ciudades:

«Creo que va a ser gradual. Será una larga batalla», dijo Biller, cuyo grupo con sede en Winsconsin defiende los derechos y libertades de los motoristas. «Estamos viendo que ocurre en ciudades como Houston, Los Angeles, ejemplos muy importantes de ciudades que las están desactivando».

Si existe una lucha, sin duda será larga. Mientras unas pocas ciudades han rescado las cámaras, otras muchas en todo el país todavía las usan. Y la mayoría parecen que van a continuar usándolas. El institudo de Seguros para la Seguridad en las Carreteras, recientemente hizo un estudio sobre el tema en 14 grandes ciudades que aún usan estas cámaras, incluídas Chicago, Baltimore, San Diego, Portland y Washington DC, y el resultado fue una clara aprobación por parte de los ciudadanos (PDF):

Cerca de dos tercios de los conductores de las 14 ciudades estaban a favor de las cámaras; el 42% estaban muy a favor. Las razones principales fueron que incrementan la seguridad (61%), que disuade a los conductores de saltarse los semáforos (24%), y que ayuda a cumplir la ley, aunque no haya policía cerca (22%). Al preguntarles por qué se oponían a las cámaras, los conductores dijeron en su mayoría que las cámaras pueden cometer errores (26%), que son usadas con fines recaudatorios por parte de los goviernos más que por seguridad (26%), que contribuyen al aumento de accidentes porque los conductores aceleran para pasar rápido o se detienen de pronto provocando choques por alcance (19%), o por invasión de la privacidad (17%).

Pero en el centro de la polémica está el dilema de si las cámaras realmente ayudan a aumentar la seguridad en las calles. Muchas pruebas sugieren que lo hacen. Investigaciones del Instituto de Transporte de Texas estudiaron datos de accidentes de 275 intersecciones con cámaras de luz roja, y encontraron una disminución del 11% en los accidentes en general, y un 25% en los relacionados con cámaras de luz roja, en comparación con los datos existentes antes de la instalación de los dispositivos. Otro estudio de principios de este año apuntaba que los accidentes descendieron un 24%(PDF) en lsa ciudades que tienen cámaras que en aquellas que no tienen.

Sin embargo, el problema está lejos de resolverse. Mientras las cámaras de luz roja hacen algunas intersecciones más seguras frente a accidentes graves, también pueden causar un incremento en las colisiones por alcance, tal como muestra un estudio del Departamento de Transporte del año 2005. Esto tiene sentido: mcuhos conductores aceleran para pasar la intersección frenando repentinamente al cruzarla, sin tener en cuenta que el vehículo que les sigue ha hecho lo mismo. Otros dos estudios recientes – uno de Washington DC y otro de Louisiana – concluyeron que, en general, las cámaras no tenían ningún impacto sobre la seguridad de los cruces.

En otras palabras, podemos ver cualquier cosa positiva que queramos ver relacionada con el uso de cámaras de luz roja. Esto hace que exista un gran debate sobre su legalidad – sobre todo en estos tiempos de crisis. Los conductores reciben denuncias que no pagan, y las ciudades ven un beneficio que no quieren perder (además del gasto adicional en medidas para la seguridad del tráfico). Las cámaras de luz roja fueron un tema candente recientemente en muchos lugares, además de Houston, y la lógica sugiere que lo volverán a ser el próximo noviembre. De cualqueir modo muchas ciudades seguirán los pasos de Houston y Los Angeles.