Sensores para detectar placas de hielo


Recientemente, la Comunidad de Madrid ha instalado sensores de pavimento en carreteras que sufren habitualmente heladas para detectar y prevenir la formación de placas de hielo. Para ayudar a su instalación, se ha elaborado un mapa térmico de las carreteras para identificar los puntos más sensibles a las heladas, utilizando estos puntos como lugar estratégico de colocación para los sensores, de manera que se pueda prevenir o avisar con suficiente antelación sobre la formación de placas de hielo en estos puntos.

El funcionamiento del sistema es el siguiente: con temperaturas iguales o inferiores a los tres grados centígrados, estos dispositivos se activan y avisan de la posible aparición de hielo en la vía, lo que permite actuar más rápidamente. Principalmente, en núcleos aislados, en apoyo de personas con riesgo de congelación, en averías en la red de agua y gas o en la interrupción de comunicaciones y tráfico. Los sensores complementan a las ocho estaciones meteorológicas en funcionamiento para mejorar la predicción del frío y para poder actuar antes de que el hielo cree situaciones de peligro en la carretera aplicando las medidas necesarias, como tratamientos preventimos con salmuera.

No obstante, en la actualidad hay sistemas similares que complementan esta funcionalidad con otras orientadas también a la ayuda para la gestión del tráfico y vialidad invernal. Un ejemplo de estos dispositivos son las básculas dinámicas (ETD), las cuáles nos proporcionan información tanto sobre el pavimento como sobre los vehículos que circulan por la vía. En esta línea también existen otras soluciones más avanzadas, como el proyecto I+D+i de redes sensoriales puesto en marcha por Iternova, y que permite conocer los datos meteorológicos (temperatura, humedad, etc) de una zona limitada y relativamente compleja mediante la interacción de diferentes sensores, logrando unos datos óptimos para la realización de previsiones y para poder llevar a cabo los tratamientos preventimos oportunos.