A pesar de que en la ciudad de Copenhague, se estima que en torno al 40 % de la población utiliza la bicicleta como medio de transporte para ir al trabajo o escuela, todavía siguen buscando fórmulas para aumentar este porcentaje, y para ofrecer un mejor servicio a estos usuarios
Además de contar con infraestructuras, como el carril-bici, adaptadas a ellos, están apostando por un uso intensivo de la tecnología, desarrollando aplicaciones móviles y pantallas colocadas en los diferentes carriles bici, que les permitan conocer toda la información de interés: congestión de las vías, posibles accidentes y obras, o rutas mejores para realizar los trayectos.
Igualmente, estas pantallas informarán sobre el tiempo previsto, o sobre la velocidad óptima a seguir para evitar, en la medida de lo posible, encontrarse con semáforos en rojo.
Estas medidas, pueden llevar asociadas un aumento del uso de la bicicleta, con las consiguientes ventajas para la ciudad que puede tener, como la reducción de las emisiones de CO2 a la atmósfera, contar con un tráfico más fluido (al tener menos vehículos en circulación),y promover un estilo de vida más saludable para los ciudadanos.
Tanto esta medida, como las otras que hemos venido comentando en Tecnocarreteras durante la pasada semana suponen la demostración de que, cuando existe verdadera voluntad, es posible desarrollar acciones y proyectos destinados a gestionar el tráfico de una forma más eficaz, sin incurrir en gastos importantes.