Los atascos son unos de los principales problemas que surgen al gestionar cualquier sistema con tráfico, tanto en ciudad como en carretera. La causa es un mayor aforo de vehículos que el que puede soportar la vía, si bien la falta de vialidad puede darse por varios motivos:
- Un pobre dimensionamiento de las infraestructuras (lo que generaría retenciones a diario y de forma periódica en los mismos puntos). Como ya hemos comentado en Tecnocarreteras anteriormente, la construcción de nuevas carreteras o aumento de número de carriles puede tener dos consecuencias: O bien nadie utiliza las infraestructuras (con lo cual es un gasto inútil), o bien la demanda de tráfico en las nuevas infraestructuras crece, generando los mismos atascos (o mayores) que sucedía anteriormente.
- Mala coordinación semafórica: Los sistemas de tráfico no están sincronizados de forma óptima (debido a una mala gestión o bien a la complejidad de la red viaria en ciertos puntos que hace que sea muy complicado crear un protocolo que sea óptimo para todos los casos e intersecciones dependientes).
- Incidencias en las vías que deterioran la vialidad: Pueden ser debidas a una incidencia puntual (como un accidente en la vía) o bien a comportamientos extraños de los propios vehículos (como no detenerse en un semáforo y bloquear la intersección) En cualquiera de estos casos, el coste de los atascos es alto (tanto en temas económicos como sociales y ecológicos).
Por suerte, los sistemas inteligentes que se están desarrollando (tanto para gestionar los dispositivos de la carretera (señalización luminosa, etcétera) como en los propios vehículos (comunicación entre dispositivos de la red y los vehículos o las comunicaciones intervehiculares)) permitirán en el futuro reducir los atascos y mitigar los efectos de los mismos.
Sobre el futuro de los atascos y su impacto os dejamos una charla TED de Bill Ford (el bisnieto de Henry Ford)
Y como curiosidad, os ofrecemos imágenes de gridlocks reales en intersecciones, en los que se puede visualizar muy rápidamente cómo afecta un mal comportamiento de los propios conductores y una mala sincronización semafórica en diferentes intersecciones y rotondas. En algunos de ellos, prácticamente la única opción es llamar a una grúa o realizar múltiples maniobras para tratar de sacar algún vehículo de la intersección.