Según la noticia que leemos en TrafficTechnology, cada día mueren en los EEUU más de dos personas por conductores que se han saltado un semáforo en rojo, una imprudencia a la que no se consigue poner freno.

Además esta tendencia, lejos de remitir, cada año va a más, y sólo en 2017 fueron 939 las personas que fallecieron en los Estados Unidos por esa causa (aumentando cerca de un 28 % desde el año 2012).

A pesar de que las encuestas demuestran que prácticamente todos los ciudadanos son conscientes de la peligrosidad de saltarse un semáforo en rojo, la realidad es que luego uno de cada tres aseguran haber pasado algún semáforo en rojo en los últimos 30 días, con lo cual el problema está muy presente.

¿Qué se puede hacer?

• Concienciar de todas formas posibles sobre la peligrosidad de saltarse los semáforos en rojo, y las dramáticas consecuencias que puede tener.
• Aumentar los medios de control, colocando también cámaras en los semáforos que permitan detectar a los infractores para posteriormente multarlos.
• Aumentar las multas para que los imprudentes que sólo de esta forma conseguirán no saltarse semáforos, por fin lo hagan.

Desde luego, es triste que se sigan produciendo tantos accidentes por algo tan básico como la necesidad de respetar los semáforos, y es necesario incidir en las medidas que pueden contribuir a erradicar este problema.