En un momento donde la tecnología de los vehículos autónomos cada vez es más fiable y segura, algunos países están comenzando a tomar medidas para permitir la circulación de los mismos, bajo determinadas circunstancias, y para garantizar que la coexistencia de vehículos autónomos y tradicionales se realiza con la máxima seguridad.
Este es el caso del Reino Unido que está comenzando a debatir el permitir legislativamente el uso de vehículos autónomos, bajo determinadas circunstancias: Velocidad por debajo de los 100 kms/hora, en los carriles lentos de las autopistas y con coches habilitados para tal fin.
Aunque todavía será necesario que el conductor sea capaz de tomar el control del coche (ante posibles problemas), y existen otros aspectos que es necesario ir perfilando (responsabilidades ante accidentes, por ejemplo), se trata sin duda de una medida que puede suponer un importante espaldarazo al uso de esta tecnología.