Durante años, el mantenimiento de las carreteras se ha basado en inspecciones periódicas, informes manuales y reparaciones reactivas ante la aparición de daños visibles. Sin embargo, la irrupción de la digitalización, el uso de sistemas web para la gestión de la conservación y la explotación de carreteras, los sensores inteligentes y la inteligencia artificial está transformando de manera radical la gestión de las infraestructuras viarias, permitiendo pasar de un modelo reactivo a otro predictivo y preventivo.
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