De igual manera que es de vital importancia para los gestores de la carretera conocer aquellos lugares donde se produce un número de accidentes superior al previsto (los puntos negros, y los tramos de concentración de accidentes), este mismo concepto resulta de interés también para las ciudades, con el fin de saber en qué zonas ocurren más incidentes, y poder tomar las medidas oportunas para subsanar el problema.
Para conocer estos lugares donde ocurren más accidentes y problemas, y de forma que el sistema sirva tanto para las calles de la ciudad como para las carreteras, Ford, en compañía de otras empresas, está desarrollando un sistema de predicción de potenciales problemas, basado en la información obtenida por los vehículos conectados, y por los sensores tanto de los propios vehículos como de la carretera.
La idea es combinar toda la información recibida con otra información pública ya existente (ofrecida por las autoridades) de manera que el sistema central, que cada vez recibirá más información (de más vehículos y dispositivos) sea capaz de precisar cada vez más las zonas más peligrosas, y de anticipar por tanto potenciales problemas.
Este sistema permitirá a las autoridades saber dónde tienen que priorizar sus recursos económicos, y dónde deben tomar medidas que permitan evitar estos accidentes, lo que redundará en una mejor seguridad vial y por tanto en menos muertes y accidentes.
Sin duda, en el futuro los vehículos y elementos de la infraestructura cada vez ofrecerán más información, y sistemas capaces de interpretarla correctamente pueden resultar vitales para la mejora del tráfico y la seguridad en el futuro.