Cuando se tiene una buena red de carreteras, como es el caso de España, y los presupuestos son cada vez más ajustados, es imprescindible priorizar la óptima conservación de las infraestructuras existentes sobre la creación de otras nuevas (como política general, aunque siempre deba haber excepciones).
Conservar correctamente no es tan vistoso políticamente como inaugurar obras, pero ofrece un mejor ratio de coste/beneficio (seguridad), que resulta imprescindible. Si además se da el añadido de que la conservación y mantenimiento de muchas carreteras y vías no es la adecuada, es imprescindible priorizar estos trabajos.
Por ello, se debe reforzar la idea de que el mantenimiento y la conservación de las infraestructuras son imprescindibles para tener unas carreteras seguras. Para ello, es necesario disponer de mecanismos de priorización de los recursos y herramientas de gestión que nos permitan maximizar las acciones de mantenimiento requeridas reduciendo el coste.
Estas herramientas deben ofrecer indicadores obtenidos a partir de datos (por ejemplo, datos de cumplimiento de tareas de conservación, de inspecciones de las infraestructuras y sus elementos, datos obtenidos de forma periódica de sensores, etcétera). Estos informes de indicadores deben servir a los gestores a tomar decisiones de la forma más acertada posible, e incluso anticiparse para realizar acciones que dentro de un tiempo aumentarán su coste de manera exponencial.
Una información detallada sobre los indicadores de estado se puede consultar en el siguiente enlace.
La gran información generada en la conservación de carreteras debe ser gestionada a través de sistemas tecnológicos (como SmartRoads de ITERNOVA) que permita a los gestores acceder a lo que buscan de forma sencilla y rápida.
Disponer de toda la información de las carreteras actualizada permitirá a los gestores anticiparse. Por ejemplo, pueden saber qué tramos de la vía tienen más peligrosidad, o qué medidas son más eficaces para utilizar el presupuesto (cómo emplear de la forma más óptima que sea posible el presupuesto existente). Igualmente obliga a mantener el inventario de la carretera actualizado y en correcto estado, sin deterioros, evitando casos como los de accidentes mortales debido a salidas de vía en tramos en donde tendría que haber barrera de seguridad y por no disponer de un sistema de gestión de la conservación no se reinstalaron tras accidentes previos en el plazo de tiempo estipulado.
El disponer de herramientas que nos obliguen a llevar seguimiento de actividades y realizar acciones de conservación siguiendo los protocolos marcados hará que los costes se reduzcan, al poder ser más eficientes en dichas tareas de conservación y llevar un verdadero control y priorización de tareas de mantenimiento. Hay que tener en cuenta que muchas de estas herramientas permiten hacer un seguimiento completo de todos los aspectos de gestión, por lo que el coste es, a su vez, menor que si se requieren varios sistemas independientes para gestionar diferentes aspectos (por ejemplo, seguridad vial, rehabilitación, vialidad o conservación ordinaria).
Como conclusión: Cualquier infraestructura debe conservarse de forma correcta para reducir costes, y para ello necesitamos gestionar gran cantidad de información. Esto nos permitirá anticiparnos, reducir costes y mejorar el nivel de calidad de nuestras infraestructuras.