Cada vez es más habitual ver cómo las ciudades desarrollan acciones para tener un tráfico más lento en las mismas (fluido, pero lento), que consiga reducir el número de accidentes, y las haga más seguras para los peatones.
Para ello, se hace uso de tres tipos de medidas:
- Medidas de ingeniería: Reduciendo el número de carriles en determinadas zonas, contando con rotondas, utilizando marcas viales sonoras para evitar cambios de carril involuntarios en los conductores, etc.
- Medidas educativas: Señalizaciones y marcas viales que indican cómo se debe circular, los límites de velocidad o potenciales peligros.
- Medidas para cumplir la legalidad: Agentes de seguridad, cámaras de velocidad y radares, etc.
El objetivo de estas medidas es conseguir que los conductores reduzcan su velocidad, asegurar que siempre cumplen los límites marcados por la ley, y conseguir de esta forma disminuir el número de accidentes (y la gravedad de los mismos) en las ciudades.