Poco a poco se van modificando los hábitos de movilidad en las principales ciudades europeas, y en algunas de ellas, como el caso de Copenhague, el escenario actual nada tiene que ver con lo que pasaba hace un tiempo, ya que circulan más bicicletas que vehículos por las calles de la región.
Este nuevo entorno, con numerosas ventajas – ambientales y de salud, entre otras – también obliga a los responsables de la ciudad a enfrentarse con nuevos problemas, como las congestiones que provocan en algunas vías el elevado número de ciclistas, o los problemas de aparcamiento.
Para dar solución a estos problemas, se han implantado en Copenhague cinco pantallas gigantes que, a modo de señales interactivas, muestran todo tipo de información de interés para los ciclistas. Gracias a ellas, conocer las vías menos transitadas, los lugares donde aparcar la bici, o las zonas en obras, será instantáneo.
Estos paneles, además, se complementarán con una información móvil para los teléfonos de los usuarios de forma que se ofrezca un servicio integral.
Ofrecer más información a los usuarios hará que puedan tomar mejores decisiones, contribuyendo a una ordenación más homogénea de las vías, y mejorando la movilidad.
En definitiva, una ciudad que apuesta por medios modernos para solucionar los nuevos problemas existentes.
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