Llega el verano y con ello los desplazamientos de ciudadanos buscando la playa o la montaña, siendo cada vez más habitual los conductores que prefieren viajar por la noche, para evitar el calor y tener un viaje más tranquilo.
Sin embargo, conducir por la noche no es tan seguro como creen muchos conductores – en Europa ocurren de noche un 37 % de los accidentes mortales, siendo el tráfico muy inferior a esa cifra – motivo por el que es importante recordar una serie de normas para los que vayan a coger el coche cuando no hay tanta luz natural:
- Encender las luces, no sólo de noche, sino cuando la visibilidad empieza a no ser ya tan buena. En este caso, es mejor pecar por exceso que por defecto: a la mínima, hay que encender las luces del vehículo.
- Reducir la velocidad, con una norma básica que es ser capaces, en todo momento, de detener el vehículo al final de la luz de los faros, es decir, que ningún imprevisto nos pueda sorprender sin que lo veamos.
- Aumentar la distancia de seguridad con el resto de vehículos, y ser un poco más precavidos que en situaciones de visibilidad normal.
- Coger el coche descansados, habiendo dormido antes las horas necesarias, y ante el menor signo de fatiga o cansancio, estacionar en una zona adecuada para descansar.