Uno de los aspectos fundamentales para conseguir evitar los atascos del tráfico y mejorar la fluidez del mismo es conocer, con la mayor precisión posible, los hábitos y desplazamientos que realizan los usuarios, para ofrecerles las rutas que mejor se adaptan, y reorganizar en tiempo real el caos circulatorio habitual.
Para obtener esta información, mientras que en algunas ciudades se ha optado por implantar sistemas bluetooth en determinados puntos críticos, que detectan el paso de vehículos (en los cuales los usuarios tienen el bluetooth activado), y estiman en función de eso el tráfico general, en Nueva York han tomado otra decisión.
Según leemos en la web de Engadget, en la ciudad de Nueva York se está desarrollando un proyecto piloto, donde 400 vehículos voluntarios son completamente monitorizados en sus desplazamientos, recibiendo a cambio diferentes ventajas por formar parte del proyecto.
El sistema de monitorización, un dispositivo que se instala en el vehículo, desarrollado por la compañía Drive Smart,tiene el objetivo de detectar hábitos y comportamientos reales de los usuarios, a lo largo de todo su trayecto (no únicamente en puntos concretos), para tratar de analizar las acciones que ocasionan problemas de tráfico, o situaciones que se pueden convertir en problemáticas.
Para ello, el sistema analiza cinco factores que considera fundamentales: Velocidad del vehículo, gasto de combustible, localización en todo momento, hora, y situaciones potencialmente problemáticas ocurridas (acelerones, frenazos, giros bruscos, etcétera).
Si se determina que la información obtenida es realmente útil, tanto para aportar sugerencias individuales que mejoren la conducción de cada usuario, como para gestionar de forma más eficaz el tráfico, la idea es que el proyecto piloto se convierta ya en una acción más ambiciosa, que abarque cerca de un millón de coches, con los cuales ya se pueda tener una información real en todo momento de lo que ocurre en la ciudad, y tomar medidas mucho más eficaces.