Uno de los aspectos que se suelen obviar cuando se plantea la informatización de la gestión de carreteras es el relativo a los sistemas o servidores que van a permitir alojar toda la información y mostrarla al usuario de forma rápida, y sin problemas.
Las particularidades de este sector, donde el volumen de datos tratado es muy elevado, y los sistemas deben ser escalables para facilitar su uso tanto en escenarios de pocas carreteras, como para modelos mucho más avanzados, obligan a gestionar de forma muy eficaz lo relativo al alojamiento de estos sistemas.
Por este motivo, para escenarios ya más avanzados se recomienda optar por soluciones en la nube, gestionadas por un modelo multiservidor, capaces de seguir funcionando ante el fallo de uno o varios de los equipos hardware que forman el sistema, y de balancear la carga entre los equipos existentes para dar el mejor servicio al usuario.
En esta arquitectura, el concepto de servidor pierde sentido para pasar a estar enfocado en servicios, que son independientes de la o las máquinas donde se implementan. Esto ofrece gran flexibilidad, ya que cada servicio se puede ejecutar en una máquina, compartir en una máquina varios servicios o incluso reservar varias máquinas para cada servicio según las necesidades. Además, se pueden ir añadiendo máquinas según sea preciso, aumentando la capacidad del sistema de forma dinámica.
Para el sistema de ficheros, se deben utilizar sistemas de ficheros distribuidos, que permitan el acceso desde cualquiera de los servidores a la información guardada en el sistema, permitiendo también más seguridad en los datos, que no están albergados en una sola máquina.
Las bases de datos aumentan su capacidad mediante replicación y el uso de clusters. Esto permite tener los datos replicados y permitir tolerancia a fallos. También aumenta la capacidad de acceso a los datos del sistema.
Igualmente el sistema debe integrar un completo servicio de monitorización y copias de seguridad que garantice que, en cualquier circunstancia, se van a mantener los datos sin ningún error.
Las ventajas que ofrecen este tipo de sistemas son muy elevadas: Reducen la inversión en hardware (únicamente se paga lo que se utiliza, sin recursos ociosos), facilitan el crecimiento (nuevas necesidades únicamente implican ampliar los recursos, que se realiza de forma automática), mejoran la eficiencia (permitiendo un reparto de la carga del trabajo), y garantizan una mayor seguridad de los datos.