En ciudades con una alta densidad de población ocurre que, en numerosas ocasiones, en determinadas zonas horarias hay servicios o espacios completamente ocupados, mientras que en otros momentos del día están vacíos.
Este problema observado ha sido el que ha llevado a que los responsables de Copenhague instauren el concepto de espacios urbanos flexibles, que pretenden utilizar en algunos aparcamientos de la ciudad, que durante el día están desocupados, pudiendo por tanto utilizarse para otros fines, mientras que por la noche están llenos e vehículos que aparcan.
Ofrecer esta flexibilidad permite optimizar al máximo los recursos que ofrece una ciudad, y aprovechar espacios que generalmente se encuentran vacíos para otros fines, como el aparcamiento de bicicletas o la instalación de tenderetes móviles, que se pueden quitar al final del día.
Es muy importante siempre que estos espacios flexibles se adapten realmente a las necesidades de cada zona, a los usos de la población, y se encuentren únicamente en espacios que verdaderamente cumplen las características descritas en el primer párrafo, es decir, que durante determinadas zonas horarias están llenos, pero en otras zonas suelen estar vacíos.
Este tipo de soluciones también permite a los ciudadanos mejorar su calidad de vida, creando nuevos espacios que pueden ofrecer servicios de utilidad, y aprovechando todas las zonas de la ciudad con una organización clara y eficaz.