Aquellos tramos de carretera en los que se produce un número de accidentes superior a la media se conocen como TCA o tramos de concentración de accidentes. Para determinar si un tramo de vía puede ser considerado como TCA se tienen en cuenta los datos de accidentalidad y los índices de peligrosidad en los últimos 5 años. Para lo que se precisa conocer el número de accidentes, la intensidad de tráfico media diaria, la longitud del tramo y el periodo de tiempo en estudio.
Por segundo año, la organización Automovilstas Europeos Asociados, ha elaborado un informe en el que se localizan los tramos más peligrosos de nuestra red de carreteras. En él se detallan, organizados por provincias, los tramos que, con datos objetivos, resultan más peligrosos. Una información que puede resultar muy importante para que los conductores sepan dónde están y puedan tomar las debidas precauciones.
En total son 180 tramos que se reparten en 53 vías, tanto carreteras convencionales, como autovías y autopistas de peaje en 37 provincias españolas.
El tramo de carretera convencional que presenta un mayor índice de peligrosidad se ubica en la N-420 a su paso por Poblete en Ciudad Real, mientras que el lugar en donde se contabiliza mayor número de accidentes y víctimas es el kilómetro 238 de la A-7 en Málaga.
En su informe, AEA advierte que el 25% de estos tramos ya figuraban en su informe del año pasado y pone de relieve que tan solo 5 de ellos cuenta con radar. También se destaca que en el periodo 2007-2011 el Índice de Peligrosidad medio de la Red de Carreteras del Estado se ha reducido cerca de un 30%.
La mejora y adecuación de estos tramos debería ser una prioridad para los responsables de las carreteras. Si la falta de inversión en conservación de las infraestructuras viarias derivada de la situación económica no permite realizar esas tareas, al menos, deben señalizarse convenientemente estos tramos para advertir a los conductores, algo que según denuncia el informe no se da en la mayoría de TCA.