Estudiar y comprobar que los materiales empleados en la construcción de las infraestructuras viarias cumplen con los requisitos exigidos de resistencia, desgaste y seguridad es fundamental para garantizar que los usuarios transitan por vías en perfecto estado.
Cada empresa constructora posee sus propios laboratorios en los que verifican las muestras de los materiales empleados posteriormente en la construcción de las carreteras como hormigones o mezclas bituminosas.
Lo que ya no es tan habitual, pero sí muy elogiable, es el caso de algunas administraciones, como la Comunidad de Madrid, que también posee sus propios laboratorios en los que estudian y comprueban las muestras que toman en las carreteras de su competencia y que sirve también para supervisar los materiales empleados por las empresas concesionarias de la construcción de las carreteras de las que son gestoras.
El laboratorio de la Comunidad de Madrid situado en la M-500 cerca de la Ciudad Universitaria, tiene como objetivo garantizar la calidad de todos los materiales que se utilizan en la construcción de carreteras. Para ello se divide en tres áreas: áridos, hormigones y asfalto.
Con pruebas y ensayos específicos realizados a cada tipo de material comprueban su resistencia, su flexibilidad, el desgaste que pueden llegar a tener con el paso del tiempo y del tráfico soportado, la influencia de las condiciones meteorológicas o las temperaturas y otros factores.
Este tipo de laboratorios se convierten en una garantía para que los ciudadanos dispongan de infraestructuras adecuadas. Además suponen a la larga un ahorro, ya que el uso de materiales adecuados permiten alargar la vida de las carreteras y que éstas no tengan que ser reparadas con asiduidad.