Sin duda, uno de los mayores inconvenientes a la hora de conducir un vehículo, en condiciones de lluvia, es la disminución de visibilidad ocasionada por las gotas de agua que chocan contra nuestro parabrisas. Si bien es cierto que mantener en buenas condiciones las escobillas limpiaparabrisas de nuestro vehículo ayuda de manera sustanciosa a mejorar la visibilidad eliminando el agua del cristal, a lo largo de los años se han producido importantes avances en productos que facilitan que estas gotas tan molestas no se adhieran a nuestro parabrisas.
Hasta no hace muchos años era corriente ver en cualquier manual de conducción de andar por casa los trucos más empleados por la gente y que nos podían sacar de más de un apuro, y entre los que se encontraba uno bastante curioso: frotar el cristal con una patata cortada por la mitad para repeler la lluvia y evitar el vaho. Más de uno hemos oído a nuestros padres historias relacionadas con este sistema, y puede que alguno incluso lo haya visto o utilizado.
Afortunadamente, alguien debió pensar que el sistema de la patata era algo interesante, más por sus efectos (repeler el agua) que por sus formas (la patata), y con el tiempo se han desorrollado productos capaces de realizar esta misma función: selladores y repelentes de agua. Estos productos, por un lado, sellan todas las microfisuras o poros que pueda haber en la superficie del parabrisas (estamos hablando de tamaños microscópicos), y por otro crean una fina capa cuya principal característica es la de repeler el agua que entra en contacto con ella.
¿Y cómo favorece esto a los conductores? Pues de dos maneras. Por una parte, al lavar el vehículo, o cuando está estacionado y llueve o se moja por cualquier motivo, el agua que cae sobre un cristal al que se han aplicado estos productos repele inmediatamente el agua, evitando la aparición de posteriores manchas de cal o barro que dificultan la visión cuando el sol incide sobre ellas generando reflejos.
Por otro lado, tal vez el más importante, cuando estamos conduciendo en lluvia las gotas que caen sobre el parabrisas son repelidas inmediatamente ayudadas por el aire que impacta contra la superficie del propio cristal, haciendo que, en condiciones de lluvia débil, incluso se pueda prescindir del uso de las escobillas para limpiar el cristal. Como es de suponer, esta sustancial mejora en cuanto a visibilidad supone igualmente un incremento importante en la seguridad, pero para hacernos una idea de cómo funcionan estos productos y cuáles son sus efectos, lo mejor es ver el vídeo que os adjuntamos a esta entrada.