Disminuir el número de accidentes de tráfico, y minimizar el impacto de los mismos es sin duda el principal objetivo de los sistemas tecnológicos relacionados con las carreteras. En esa línea, hemos visto en esta web desarrollos de fabricantes que innovaban con ese objetivo, mejorando el «ángulo muerto», avisando cuando un coche se acercaba demasiado, o circulando de forma automática en un «tren de vehículos».
Todos estos sistemas se basaban en el uso de sensores (para detectar proximidad de vehículos u obstáculos) y avisos (sonoros o visuales) a los conductores para poder esquivarlos.
Hoy, sin embargo, presentamos un prototipo de sistema, desarrollado en el Instituto de Tecnología de Massachusset (MIT) que se centra no sólo en los obstáculos cercanos, sino también en el comportamiento del conductor, y cuando detecta acciones extrañas o peligros cercanos puede avisarlo (si la distancia lo permite), o tomar las riendas del vehículo de forma automática.
Este sistema, además cuenta con la ventaja de no funcionar sólo de manera independiente, por lo que si se encuentran dos vehículos en situación de colisión, que integran el dispositivo del MIT, serán capaces de comunicarse entre sí, establecer sus posiciones, y trabajar de forma coordinada para evitar el choque.
La parte más compleja del sistema, según indica una de sus desarrolladoras (Domitila Del Vechio) es la detección de falsos positivos, de forma que el coche no realice acciones (y mucho menos tome el control) en momentos en los que no es necesario. Mediante el uso de un gran número de modelados de comportamientos y situaciones reales, están permitiendo llevar el dispositivo a un nivel de acierto muy elevado, por lo que pronto comenzará el desarrollo de un piloto para su uso en entornos controlados.
Sin duda, una muestra de hacia donde se dirige la innovación en el ámbito de la seguridad vial.